domingo, 9 de enero de 2011

Goodbye

La mayoría de las veces, tan solo un saludo, cada vez que salimos de un lugar, saludamos alegremente, con una sonrisa.
Pero otras veces no es tan fácil, hay momentos en la vida que ese saludo, ese adiós, será el último, tal vez nunca más se lo vuelvas a decir a esa persona.
Esas veces, el corazón se te desgarra, las lagrimas corren por tu cara como si fueran cascadas, los abrazos son hermosos, pero imposibles de evitar el adiós.
Esos momentos de la vida son, quizás, los más difíciles. Tener que decir adiós a una persona, que ya sea, lo conociste y la relación no fue más que un saludo y a aquellas personas que conociste y llegaste a amarlas.
Es difícil para todos, es un momento que no pensas que va a llegar, y cuando llega es horrible, tan repentino, no entendés por que, necesitas más tiempo para caer en que es el último adiós, pero es imposible, ese día llegó y hay que hacerlo, no queda otra alternativa, una vez más ese abrazo cálido, entre lágrimas, entre palabras dulces, de fuerza, tal vez de perdón también.
Prometen escribirse, hacer todo lo posible por estar en contacto, y así será, pero no es lo mismo.
Cada despedida, cada adiós duele, y mucho, por eso, antes de una horrible despedida, decile a cada persona lo que sentis, agradeceles lo que hicieron por vos, no te quedes pensando "Le hubiera dicho esto" porque es tan solo para peor.
Cuando subís a ese auto que te va a llevar tan lejos, no podes parar de llorar y saludar a todos, tristes, despidiendote.
Pero a pesar de eso, la vida sigue y las despedidas te enseñan a fortalecer el corazón y los sentimientos. y además...
¿Quién te dice que nunca va a ocurrir un reencuentro?

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