
Fotos, algo normal y agradable para algunos, algo disgusto para otros. No se quién inventó la fotografía, pero quién lo hizo, por algo lo hizo.
Gracias a las fotos podemos conservar momentos agradables, bonitos, que marcaron para bien nuestra vida, porque de tan bueno que fue nos gustó y nos gusta recordarlo.
Pero... ¿Por qué no tenemos fotos de esos malos momentos? Ya se, no queremos recordarlos pero, ¿si en realidad, quisiéramos? Tal vez digamos no. Pero tal vez en el fondo esos malos momentos también nos marcaron para bien, nos enseñaron a ser más fuertes en la vida, a agradecer lo que tenemos, a agradecer y aceptar el mundo tal como es. Y... a veces las fotos que algún día fueron bonitas, nos pueden poner nostálgicos, tristes, con ganas de volver el tiempo atrás y desepcionándonos, sabiendo que es imposible.
Entonces, ¿cuales terminan siento los mejores momentos? Aquellos buenos en el momento que luego nos hacen daño, o, aquellos malos en el momento que despues nos hacen darnos cuenta de que somos mejores? Ambas lo son. La tristeza que nos produce ver cosas buenas, es una tristeza feliz al final. Y la fortaleza que sentimos despues de malos momentos que vivimos, ¡no es comparable con nada!
Tan solo saca fotos, en momentos buenos y MALOS. Siempre sirven, aunque digan lo contrario.
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